Ya os conté que en la carrera de La Ragua cometí la imprudencia de esprintar a tope al final del ascenso. Ello me acarreó una lesión de la que me ha costado un poco salir. Ya he leído en más de una fuente que ninguna actividad deportiva cura una lesión. Toda lesión requiere su reposo más o menos prolongado para salir de ella. Menos mal que mi sobrina, la fisio, colaboró para acelerar el proceso de recuperación.
Tanto la segunda quincena de junio como la primera de julio ha sido un “empiezo a entrenar – abandono” continuos. Julio es uno de mis mejores meses en cuanto a entrenamientos por aquello de disponer de bastante tiempo. Este año no ha sido como el anterior pero al menos nos hemos movido un poco.
Agosto lo hemos pasado en Lacalahorra, como todos los años. Haciéndole caso a Echadli, el ganador de la subida a La Ragua, he utilizado estas montañas para que me devuelvan, en parte, lo que me quitaron: la forma física. Nos dijo nuestro vecino de barrio en Granada que él siempre entrena subiendo montañas porque fortalecen los músculos. Lo que no me atrevo es a ir como él con mallas largas en verano y al mediodía. Esta gente es de otro mundo.
No es que estemos en nuestro mejor momento pero, al menos, sí con ganas de entrar en alguna competición como la Carrera del Melocotón. Si las circunstancias son propicias, quizás allí estaremos.
Tanto la segunda quincena de junio como la primera de julio ha sido un “empiezo a entrenar – abandono” continuos. Julio es uno de mis mejores meses en cuanto a entrenamientos por aquello de disponer de bastante tiempo. Este año no ha sido como el anterior pero al menos nos hemos movido un poco.
Agosto lo hemos pasado en Lacalahorra, como todos los años. Haciéndole caso a Echadli, el ganador de la subida a La Ragua, he utilizado estas montañas para que me devuelvan, en parte, lo que me quitaron: la forma física. Nos dijo nuestro vecino de barrio en Granada que él siempre entrena subiendo montañas porque fortalecen los músculos. Lo que no me atrevo es a ir como él con mallas largas en verano y al mediodía. Esta gente es de otro mundo.
No es que estemos en nuestro mejor momento pero, al menos, sí con ganas de entrar en alguna competición como la Carrera del Melocotón. Si las circunstancias son propicias, quizás allí estaremos.
12 comentarios:
Tomándome una licencia no concedida, he tenido la sensación, hasta ahora, que esa "reveldía" interna, alimentada por un quiero y no puedo de este periodo post ragua, se te ha escurrido por la pluma de tus últimos post; cosa que también se agradece, que a tu bien aliñado humor y deporte se le añada una buena dosis de realismo.
Me alegro bastante, de tu mejora y ese buen tono físico que presientes.¿Para cuando la carrera del Melocotón?.
A mi me encanta correr por montaña, no descarto hacer una temporada con carreras de este tipo. Entrenar por ella es mas que agradable, y mas cuando en toda la semana no salgo de correr en paseos marítimos...llenos de gentes
Saludos Gregorio
Precioso lugar para sentirte bien :)
Saludos
Percibo que, dentro de nada, retomarás de nuevo, con las energías y la fuerza de la que siempre te acompaña.
Encantada de volverte a leer.
Un beso.
A mi tambien me gustan las montañas, y admito que entrenar por ellas nos aporta muchos beneficios pero.... joer, cuanto cuesta subir a segun que sitios.
Un saludo.
Es mucho más divertido y agradable, sin duda. Yo, cuando más fuerte estaba era cuando corría por los senderillos sube y baja de la Fuende de la Bicha, metiéndome por el bosque. Quizá me anime a retomarlos. ¡Viva la Ragua!
El año que viene repetimos.
Yo la verdad que estoy barajando desde hace tiempo empezar a conquistar las montañitas de alrededor, solo me falta el calzado adecuado. Un abrazo.
Pedro: parece que me tienes controlado psicológicamente. Efectivamente, el "quiero pero no puedo" es el estado físico en el que me arrastro desde aquel momento. La carrera del Melocotón es el 21 de septiembre. No sé si participaré, por dos motivos: físico y familiar. Cuando se acerque la fecha haré un post referente a la misma.
Paco Montoro: la montaña es preciosa para correr, aunque muy dura. Bueno, lo de dura depende como se plantee el ritmo. Eso sí, los paisajes que disfruta uno, el sonido, etc... incomparables.
Dianna: la verdad es que correr por montañas, sobre todo si vas solo, tiene un halo de espiritualidad y libertad que te hacen olvidar esa dureza de las inclinaciones no sólo de la orografía sino de la vida en general.
María: buenas percepciones las tuyas. Las energías están adquiridas. Sólo falta que el cuerpo responda a ellas. Saludos.
Joan Josep: sobre todo cuando es en carrera. Si ya de por sí el correr por llano es duro porque los de delante se han empeñado en llegar pronto, cuando es en terreno inclinado puede llegar a ser un suplicio. Diferente es un entrenamiento sin presión por las montañas, disfrutando de la vista y sonido de tu alrededor.
Jesús Lens: vivir en Granada es una suerte pues se tienen a mano pistas de atletismo, avenidas largas con zona de tierra, parajes de montaña cercanos a la capital... Esperemos que Lacalahorra organice el año que viene la segunda edición y repitamos, efectivamente.
Grimo runner: los que somos amateur usamos sólo un tipo de calzado para correr. Recuerdo que en la carrera de La Ragua me preguntaron unos murcianos sobre el tipo de pavimento de la carrera pues llevaban en el coche calzado para asfalto y calzado para tierra. Uno de ellos quedó segundo en la carrera. ¡¡¡Qué profesionalidad!!!
Naturaleza, divino tesoro, de ahí que le transmita su energía por sus piernas hacia su corazón yy su mente...
Siempre resulta complicado volver después de una lesión. La constancia es la mejor arma. Un abrazo.
Mucho ánimo de cara al 'malacatón'. Nunca he participado en esa carrera. Igual este año me presento por allí. Por donde no me veréis será por La Ragua. Mi locura atlética no ha llegado aún a esos extremos. Saludos.
JMC: nada más natural que dar un trote por esos mundos cybermontañísticos. Si es que la cabra, al final, tira p'al monte.
Fernando: lo malo de las lesiones es sobre todo que pierdes la constancia y el volver a la rutina se hace cuesta arriba, sobre todo si el terreno se empina.
Manolo Pedreira: la del melocotón tiene 5 kilómetros aburridos pero hay una zona que discurre entre alamedas y melocotoneros muy bonita. Al final te dan una cajita de melocotones, lo cual resulta gracioso (correr 21 km para tener de premio lo que podías haber "robado" gratis por el camino, je, je.)
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