martes, 17 de junio de 2008

I Media Maratón de Montaña Lacalahorra-La Ragua (II): LA CARRERA

Ya hicieron sus crónicas esos estupendos bloggers que son José Antonio Flores, Jesús Lens y Paco Montoro. Es el turno del cronista local de este acontecimiento.

Las dos noches previas a la carrera no pude conciliar el sueño por la doble presión a la que me enfrentaba: hacer un respetable papel, siendo corredor local y el miedo que me entraba en el cuerpo porque, según el perfil y las condiciones climáticas, tendríamos un pequeño coqueteo con la muerte. Además, tenía la intranquilidad de no haber hecho los deberes últimamente, debido a la acumulación de trabajo a finales de mayo y la lesión de la que aún no me sentía del todo recuperado.

Momentos previos a la carrera

(Momentos previos a la carrera)

Sabedor de lo que se nos venía encima (ahora me doy cuenta de que no es así totalmente), fui advirtiendo a todo el mundo que conocí esa mañana, de la dificultad que nos encontraríamos en los últimos 8 kilómetros. Digo que no es así totalmente, porque de la carretera principal nos desviamos por la antigua, lo cual acrecentó, aún más, la dificultad de esta épica carrera.

Feliz de encontrar a tantísimo corredor en Lacalahorra, una localidad tan pequeña, pero no menos importante por su trascendencia histórico-artística. Quizás pocos eventos, salvo las propias fiestas patronales, hayan congregado a una multitud de tal dimensión en nuestro pueblo.

Suelo ponerme en medio del pelotón en la salida, pues ésa es una zona a la que aspiramos al final. Esta vez me coloqué en los puestos de cola, para salir conservando un poco. Es el fallo que más adolezco, entre los múltiples que pueden encontrarse en mí como “corredor”: me encuentro con energías iniciales fuertes y voy de más a menos.

Los primeros 13 kilómetros casi los conocía, salvo el camino de tierra que nos lleva hasta Aldeire, el cual carece de una consideración apreciable salvo la de tener un poco de cuidado con las piedras para evitar torceduras. Ya realicé ese trayecto hace dos meses, alcanzando un crono de 1 hora 12’. Por esta nueva ruta, calculo que habría que añadirle otros 3 ó 4 minutos más. El salir rezagado y hablar con gente del pelotón, mantuvo mis pulsaciones en 174-175 de media para los primeros kilómetros. La idea era de no sobrepasar los 172 durante los 13 primeros km, pero en carrera es difícil cumplir los objetivos propuestos. El ritmo no me parecía abusivo y lo fui manteniendo.

El primer repostaje me dio un poco de alas, al ver a nuestra amiga Ana, que me ofrecía la primera botella de agua. Ya comenzaban las primeras rampas, no muy pronunciadas, pero con la frescura de los castaños del Río de Aldeire. Algunos corredores me adelantaban, les advertía que pronto vendrían las dos rampas fuertes y… ¡así fue! Mi escaso peso (53,6 Kg) me dio una pequeña ventaja en estas primeras rampas en las que fui adelantando a algunos corredores. La gran pendiente de kilómetro y medio la hice mirando al suelo, sabiendo que si tu vista se dirige hacia la cima el cerebro empieza a machacarte. Me di cuenta de que un corredor me perseguía y estaba “poniendo la intermitente”. A pesar de que la zona central tenía un mayor cúmulo de piedras, pasé a ella para no entorpecer su marcha. Fueron casi diez minutos “haciendo la goma”. Me adelantaba y yo hacía lo propio, pero por mi propio ritmo, no por los tirones que yo diese, sino por los suyos. Las pulsaciones subieron hasta 182 que fue el ritmo del ascenso.

Llegamos al semillano descendente y apliqué la estrategia planificada: dejarse llevar sin hacer alardes de fuerzas para reservar algo de energía para el final. En el km 10 empecé a sentir un pequeño pinchazo en el músculo isquiotibial, que se mantiene hasta final de carrera. Además, para mejorar la situación, una pequeña grieta en el labio superior me irá molestando durante todo el recorrido. Ritmos de 170-166-172 pulsaciones en 3 kilómetros, bastante cómodos para mí, charlando con otros corredores experimentados que me aconsejaban correr “con cabeza”.

Llegamos al INFIERNO. Entramos en la carretera asfaltada, que es la que mejor conozco pues la he ascendido en sus primeros 8-10 kilómetros un centenar de veces durante veranos previos. Aquí la distancia más corta no es la línea recta, sino el pegarte a los pocos árboles que hay, para protegerte del sofocante astro rey. ¡¡¡Lo que somos capaces de hacer, con tal de ahorrar en bronceador!!!

Ahora viene la sorpresa. Salimos de la nueva carretera y nos adentramos en el tramo antiguo. Una aventura para mí pues no la había recorrido corriendo nunca. En ese cruce, me dice un paisano: ¡Nunca pensé que llegarías hasta aquí! ¡¡¡Una inyección de moral!!!

Repostaje en el km 15, si creo recordar, que te da ciertas alas cuando oyes: ¡Ahí viene el padre de Olga! ¡Preparad una botella para él! A ningún corredor le faltó una botella. En los puntos de avituallamiento líquido había más manos que los componetes de los pequeños “grupetos” que se iban acercando. Pero el que te reconozcan, aunque visite poco Lacalahorra, da un impulso psicológico a tu birria de ascenso que estás haciendo. Ves que aquellos que te preceden detienen su paso de trote cochinero y comienzan a andar. Y dices… Si esos van delante y andan, ¿por qué no hago lo mismo? Por una sencilla razón: la chica que me dio la botella alcanza con su vista mi marcha y no puedo defraudarla por esos gritos de ánimo. Lo dejaremos para después.

Superalberto llegando al final

(Nuestro atleta local, un monstruo que llegó el 11º)

A pesar de que andan, les recorto la distancia muy lentamente. El sol aprieta e intenta rendir las mentes de los corredores. Llegamos a rampas duras y otro valiente camina. Le pregunto si ha sufrido un tirón y me responde que es su cabeza la que no le permite correr. ¿Le acompaño? No puedo por una razón que os parecerá irrisoria: ¿cómo cuento en mi blog que he hecho parte del trayecto andando? Pues así de fácil. Ninguna vergüenza, pues esto es inhumano. Pero, por otro lado, al recorrer esta montaña previamente, sé que el hacer tramos andando y tramos corriendo te ayuda psicológicamente pero retrasa el crono. Si no se puede, no se puede. Pero… ¿y si se puede? Mantenemos un ritmo que parece ser más lento que caminar. Eso es un engaño de tu cerebro para que te detengas. Lo sé por experiencia propia.

Llego al km 17 y me llevo una desagradable sorpresa. No es el 17 sino el 16. Son 5 los que quedan y no 4. Todo un mundo… ¡y eso que soy de Matemáticas! Mi mente me aconseja por decimocuarta vez que camine. ¿Qué le cuento luego a mi alumnado? Pues a seguir con el ritmo cansino. Me niego a mirar hacia la cumbre pues sería mi perdición. Sí miro hacia atrás, y veo que hay una distancia de 200 metros hasta quien me persigue. Un colchón psicológico que te impulsa. ¿Qué más da llegar el 112 que el 113? El no tener a nadie soplándote en el cogote te reafirma en tu esfuerzo, aunque un pequeño soplo habría sido fenomenal.

El 18 lo dediqué al cálculo: si camino hasta el final, tardaré 30 minutos. Total, llegaré en 1h 15’’, dentro de lo planificado en el peor de los casos. Mientras calculas, haces una reflexión ahora que las neuronas están al límite: “Cuando termine esto, tendré tiempo para descansar y seré feliz por no haber parado”. Hago lo que nunca supe hacer en carrera alguna: mantener la botella de agua en las manos hasta el final. Eso fue mi salvación: dosificarla hasta meta, cual náufrago a la deriva. 200 ml te dan la vida, sorbito a sorbito, ahorrando, ahora que estamos en crisis. Ofrezco agua a un corredor pero la rechaza.

Llegó el 19 y sé que ahora se puede acelerar. ¡Claro! La única vez que ascendí desde Lacalahorra hasta La Ragua fueron sólo 13 km a unas pulsaciones medias de 165. Estamos a 178 y con 19 km en lo que podríamos llamar cuerpo. Si aquella vez pude acelerar, bastante hay con mantenerse como vamos. Son ya una veintena de veces las que he pensado rendirme y me he preguntado qué hago aquí. Si estoy en estas circunstancias es por ser local. No podía dejar de participar en LA CARRERA DE MI PUEBLO.

Último kilómetro y sorpresa positiva: el terreno ha sido recortado y son nada más que 800 metros. Ya veo la gente aplaudiendo y animando. Saco fuerzas del fondo de la Tierra y hago un sprint final de unos 150 metros. Todo un error que luego pagan los gemelos. Pero la emoción de ser aplaudido por los paisanos te hace olvidar lo razonable y exprimir al máximo.

Tres primeros clasificados locales en La Ragua 2008

(Tres locales en la cima, tras el esfuerzo)

Tiempo empleado: 2h 5’ 20’’ a una media de 177 pulsaciones y máximo de 182.
Puesto conseguido: alrededor del 80 (confirmaremos próximamente).
Espacio recorrido: 20’8 km.
Media kilométrica: 6’02’’
Kilos perdidos en carrera: 2 Kg
Corredores que han llegado: 198
Tiempo del ganador: Inferior a 1h 30’
Tiempo del 1º local (Superalberto “Jala”): 1h 41’
Tiempo del 2º local (Arturo): 1h 58’
Tiempo de los últimos: 3 horas, aproximadamente (mi mayor felicitación para ellos, que fueron los que más tiempo tuvieron que correr. Además, uno sufría lumbalgia las últimas semanas y lo máximo que ha corrido a pie han sido 5 km, aunque es un aficionado al ciclismo y no quiso dejar en vano su inscripción. El año que viene nos sorprenderá).
Corredores con los que he charlado en el camino: 14.
Corredoras participantes: 5 (unas guerreras)

Final de la amargura

(Por fin va a terminar este sufrimiento)

Pido disculpas, como calahorreño, por los posibles fallos de Organización cometidos en esta carrera. Seamos conscientes de que las novatadas se pagan. La ilusión que ha puesto el Ayuntamiento en esta carrera es digna de alabanza, teniendo en cuenta que los presupuestos son escasos para tan pequeña localidad y los gastos de organización bastante elevados. Eso sí, las intenciones han sido acoger al visitante y hacerle la estancia lo más agradable posible.

make avatar
Create avatar-Llegando a meta, sprint final

Y ahora viene lo bueno: resulta que soy tan malo que, de los dos locales que participábamos, me quedo el tercero. ¡¡¡¡Y ME SUBO EN EL CAJÓN!!!! (¿Local viene de loco?) Lo siento, María, pero la vitrina que tenía vacía ya no te la puedo regalar porque tiene un inquilino. Seguro que será el único. El único cajón en el que pensaba montarme en mi vida está en el POST de mi autoentrevista del pasado domingo, pero…. ¡¡¡LA VIDA TE DA SORPRESAS!!!

Podio atleta local: I Media Maratón de Montaña: Lacalahorra-La Ragua

(Increíble, pero ahí estoy, como 3º local)

¿Qué hacéis todavía aquí? Pasad página y saltad al blog de mi mujer, para ver la carrera “desde fuera”. Otra opción es que veáis la aplicación didáctica que hago en el blog de mi aula de este evento.

¿Qué os parece la recompensa?

Mira que quería hacerlo corto y esto parece El Quijote en versión “blogredosférica”, pero no puedo terminar sin cumplir la promesa que hice. Esto es más complicado que terminar esa Media Maratón. Mis “amigos/as” me hicieron una “preguntita” previa a la carrera y me “obligan” a contestar a la misma en este blog. No puedo negarme por el suculento banquete que nos ofrecieron. Pero, al mismo tiempo soy consciente de que algunos de mis discentes se dejan caer por esta bitácora. Me piden que eche ingenio y use el sentido metafórico. ¡¡¡Pero si soy de Ciencias…!!! Así que, manos a la obra:

Pregunta: ¿Es conveniente, antes de una carrera, la noche de antes…?

Respuesta: En Lacalahorra tenemos viñas y hay una buena y económica estrategia: en lugar de echar las uvas y pisarlas un día para repetir el proceso al día siguiente, es mejor echarlas dos días y pisarlas al final. Conclusión: lo que has de pisar, mejor echarlo antes y si es posible, los dos días previos.

Por cierto, EN LA CARRERA PISAMOS UN CAMINO QUE TENÍA BASTANTE POLVO. A ver si la Organización riega el camino el próximo año.

18 comentarios:

carmencita dijo...

Enhorabuena por la carrera, y por la crónica, claro está, he sufrido leyéndola y casi he podido sentir el calor infernal que pasaste. Saludos.

María José dijo...

¿Coqueteo con la muerte? Que exagerado eres, la carrera ha sido un éxito, y aún estás en una nube, flotando de la emoción. Felicidades.
Hasta pronto.

Jesús Lens dijo...

Extraordinaria narración. Muy completa y bien contada. que se siente como propia, aunque con más peso y más tiempo jajajaja.

¡¡¡¡¡A seguir corriendo y escribiendo, Blogrredor!!!!

IRISHDECAI dijo...

Una chulada de trofeo ganada con el sudor de tu frente. No busques excusas, eso te lo has ganado a pulso y es una justa recompensa y asi hay que valorarlo, si no que se lo pregunten a tus pinreles o a tus gemelillos. Ya voy entendiendo eso de los polvos de los caminos o de esos polvos vienen estos lodos o algo asi, es que soy de letras pero mu burro.

Anónimo dijo...

¡Bravo Gregorio! lo has hecho muy bien, no es necesaria tanta modestia. Enhorabuena.

Paco Montoro dijo...

Lo primero felicitarte por ese "peazo" de trofeo por tu tercer puesto como local.
La crónica no tiene desperdicio ¡¡genial!!
Me he descargado algunas foto, sin duda son muy buenas...Un saludo

María dijo...

Te felicito por este trofeo que te has ganado y que de verdad te mereces, enhorabuena por tu participación en la maratón, y también te felicito por compartir todos tus éxitos aquí en tu blog, es una maravilla poderlos disfrutar, aunque sea desde la distancia, también contigo.

Un beso.

José Antonio Flores Vera dijo...

Tu carrera fue muy buena. Te tuve a vista por los caminos forestales, pero te esfumáste. Veo que sufríste, pero tenías motivos y he ahí la recompensa. Me ha gustado tu crónica Gregorio, retrata muy bien la "maldad" de esta carrera. Saludos.

Tecolinha dijo...

EHEH, ESA VITRINAAAAAAAAA, jeje, ¿te acuerdas cuando me decías que me la vendías? jeje,
ME ALEGRO, FELICIDADES

Jesús Lens dijo...

Por cierto, hay una cosa en la que te gano: Kilos perdidos durante la carrera. Yo me dejaría 4, lo menos, de los que aún sólo he recuperado 2,5 ;-)

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Carmencita: Muchas gracias. Sí que sufrimos pero al final se alegra uno de haber vencido a la montaña y a la mente.

Mª José: puede que sea exagerado pero, en niveles de alta montaña, con calor y forzando, no sabe uno qué puede pasar.

Jesús: tú sí que eres un cronista y blogger de peso.Sabes que si subí antes que algunos de vosotros fue por eso del peso. Así que, este verano subimos el puerto 12 veces, a 1'5 kilos de diferencia por ascenso, pierdes 18 kilos y me pegas una pasada que me quedo clavado.

Irishdecai: muchas gracias. Tenía probabilidades de conseguir trofeo, al ser pocos los aspirantes pero, como tú dices, algo tuve que poner de mi parte. Espero que no rieguen vuestros caminos tampoco.

Lalo: muchas gracias. Gran esfuerzo tuvimos que hacer. Quizás me animó el ser la I carrera de mi pueblo. A lo mejor el año que viene tengo agujetas todavía para la próxima edición.

Paco: a ver si nos desliamos un poco y podemos enviarte alguna otra. Ya me lo recuerdas tras el verano.

María: gracias por celebrar mi felicidad y por tus comentarios siempre tan positivos.

José Antonio: haberme avisado de que venías detrás. Me hubiera esperado y habría sufrido mucho menos. El ser mi pueblo me dio las alas que nunca pude imaginar.

Tecolinha: qué mala memoria tengo. Creí que le había prometido la vitrina a María y era a ti. Mil excusas. Pero, ya ves, la tengo ocupada. La mía es demasiado pequeña y yo ya sé que en la tuya se necesita espacio porque tú no te quedas en un solo trofeo.

Jorge dijo...

Buenas a todos, vamos a ver si esta vez sale mi comentario, no se lo que ha pasado esta mañana.
Primero darte las gracias Gregorio por la información que me distes sobre la carrera.
Es la segunda carrera a la que voy, la 1ª fue en Dalias, 15 km, 1700 metros de desnivel, rampas del 28%, allí si que había que andar por co...
En esta mi hermano se ha rajado(por considerar que era demasiado dura, y acertó) y al final fui solo.

Bueno pues os cuento como fue para mi la subida.
Empecé con un amigo que me encontré allí, que lo conocía de la época que jugábamos al tenis. Hasta el km 7 fuimos juntos, pero parece que yo iba un poco mejor y él se descolgó un poco, al final solo llegó a 5 minutos respecto a mi. Los 13 km primeros se me hizo todo muy llevadero. Pero cuando salí a la carretera, madre mía que calor, eché en falta bebidas isotónicas en los diferentes puntos. Bueno que se me hizo larga la subida, me pasaron 2 o 3, y al final llegue con el que se quedo 2º como local, tarde 1:58 aprox.
Respecto a lo de andar o correr, sinceramente no vi que hubiera desnivel suficiente para ir andando, aunque cada uno tiene su gran merito, la verdad es que la carretera se hizo dura mas que nada por el calor, por lo menos a mi.
Bueno que un saludo a todos, nos vemos en la siguiente carrera, sobre todo de montaña que son las que me gustan.
Y a ver si sale la clasificación.

Jorge dijo...

Lo he puesto con la cuenta de mi hermano, pero me llamo Jose Carlos

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

José Carlos (Jorge): me alegro de que disfrutaras de la carrera. El año que viene te traes a tu hermano pero no le cuentes lo mal que se pasan los últimos kilómetros hasta que estemos recogiendo los dorsales.

Dime tu dorsal por si tuviéramos la suerte de localizarte entre las fotos que tenemos y te la mandamos por e-mail. Saludos y te esperamos para la próxima

Jorge dijo...

A ver si se prepara un poco mas mi hermano para el año que viene, y disfruta de la subida, como creo que en mayor o menor medida hemos disfrutado todos, aunque se hiciera dura.
Mi dorsal era el 1100.
A ti Gregorio te vi en la llegada, estabas al lado mia, pero no sabia seguro ai eras tu, y por eso no te dije nada. Si encontraras una foto mia te lo agradeceria, yo llevaba una camiseta roja y gorra negra.
Un saludo

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

José Carlos (Jorge): acabo de enviarte la foto de quien seguramente eres tú. La lástima es que es de espaldas. El chico que va de negro es quien se quedó 2º como clasificado local, así que seguramente el de camiseta roja y gorra negra eres tú (tu hermano, je, je).

He revisado todas las fotos y no encontré ninguna otra. Fijaos que mi mujer tiró tantas fotos que cuando me monté en el podio nos quedamos sin batería y no pude hacérmela. Suerte que conocimos a otros bloggers, la hicieron y me la mandaron por correo. El próximo año me saludas y te aseguras la foto cuando vayas a llegar.

Si algún corredor llegó antes que yo (2 h 5' es posible que tengamos alguna foto suya. Indicadme el dorsal a ver si hay un poco de más suerte que con José Carlos)

Toñi F. H. dijo...

Enhorabuena de nuevo y por partida doble, genial crónica.
En las fotos ni se nota el cansancio.
SALUDOS

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Toñi: lo mejor de todo fue el conocer gente del atletismo, bastante sana y que suele tener buen sentido del humor. Y si además eran bloggers...

 
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