LOS MAYORES, PEOR QUE LOS NIÑOS/AS EN CLASE

(Imagen de "@Landahlauts")

Ya narré más de una anécdota por aquí de una amiga mía cuyo nombre no voy a especificar para que no recaiga sobre mí su venganza (que me lo ha advertido).

Este fin de semana, nos ha contado a algunos cuantos de los que compartimos reuniones y mil andanzas, las impresentables actuaciones de sus compañeros de clase en la universidad, gente bastante madura.

- Para empezar, raro es el día que no suena el móvil en clase. Pero, para colmo, no se molestan en apagarlo sino que contestan dentro de la misma clase.

Algunos de los que somos docentes le indicamos que si no se da ejemplo, ¿cómo vamos a pedirles a los alumnos/as que cumplan determinadas normas? En algunos institutos la norma es tan radical que incluso se retira un móvil para que venga a recogerlo el padre o madre en cuestión, no solo por usarlo sino simplemente por ser visto en clase.

Pues siguiendo con la anécdota de mi amiga, finaliza con lo último acaecido en sus clases de universidad:

- El otro día, un viejo de más de 60 años, se levantó mucho antes de que acabase la clase y se dirigió a la percha para coger su abrigo y marcharse. El hombre empezó a buscar percha por percha y no lo encontraba.

- ¿Es que no veía bien el hombre? -pregunta otra de mis amigas.

- Perfectamente. Es que seguro que le trajeron los Reyes Magos el abrigo y ahora no se acordaba de cómo era -responde ella.

- ¡Ah, pues eso se soluciona con una pastillica para el Alzhéimer! -añade la otra.

Y mi amiga, amante como yo del humor negro, apostilla finalmente:

- No, yo le daba una pastillica pero esa de las que te quedas a gusto para siempre.