Pues sí, volvemos poco a poco a los entrenamientos pero con "sensaciones" muy diferentes. Ya conté sobre mi parada obligatoria por vacaciones incrementada por una tos profunda. Tras la vuelta a la marcha normal se nota bastante ese "parón". Por un lado, cada uno de los días que entrena uno un poco, termino con unas sensaciones de agujetas. Asimismo, las pulsaciones han llegado a subir casi una media de 15. Si además le sumamos el viento que no cesa últimamente en Fiñana, resulta que los entrenamientos los estoy realizando con un esfuerzo tal y como si fuese en carrera pero con un resultado de mero entrenamiento.
Por otro lado, ¡qué duro es correr contra el viento! Para mí, y seguramente para la mayoría de corredores y ciclistas, el viento es quizás el peor enemigo. El frío te va minando poco a poco pero puedes evitarlo, tras calentar, si usas una indumentaria adecuada. La lluvia es un poco molesta pero, a veces, puede ser reconfortante pues refresca. Correr sobre nieve es una gozada. No todo el mundo ha podido experimentar esa sensación pero os invito a que, si tenéis la oportunidad, lo intentéis. El peligro de la nieve está cuando se compacta demasiado y corres el riesgo de resbalones con las consiguientes posibles lesiones.
¿Y los perros? Me refiero a los perros de pueblo. Son aficionados totales al atletismo y cuando te ven asomar a lo lejos te acompañan y te dan "gritos" de ánimo. Claro está, en ese momento aumentas el ritmo hasta que abandonan (por lo menos, eso esperemos). Por el contrario, los perros de ciudad son más "perros". Es muy raro que alguno te siga: pasan de ti totalmente.
Después de lo expuesto, si no es por h o por b, los handicaps para entrenar son múltiples. Lo recomendable es ser "fuerte" de espíritu y no dejarse vencer por una u otra de estas inclemencias. Si las tenemos en cuenta, seguro que no hay un día al año disponible para echar un pequeño trote.
Por otro lado, ¡qué duro es correr contra el viento! Para mí, y seguramente para la mayoría de corredores y ciclistas, el viento es quizás el peor enemigo. El frío te va minando poco a poco pero puedes evitarlo, tras calentar, si usas una indumentaria adecuada. La lluvia es un poco molesta pero, a veces, puede ser reconfortante pues refresca. Correr sobre nieve es una gozada. No todo el mundo ha podido experimentar esa sensación pero os invito a que, si tenéis la oportunidad, lo intentéis. El peligro de la nieve está cuando se compacta demasiado y corres el riesgo de resbalones con las consiguientes posibles lesiones.
¿Y los perros? Me refiero a los perros de pueblo. Son aficionados totales al atletismo y cuando te ven asomar a lo lejos te acompañan y te dan "gritos" de ánimo. Claro está, en ese momento aumentas el ritmo hasta que abandonan (por lo menos, eso esperemos). Por el contrario, los perros de ciudad son más "perros". Es muy raro que alguno te siga: pasan de ti totalmente.
Después de lo expuesto, si no es por h o por b, los handicaps para entrenar son múltiples. Lo recomendable es ser "fuerte" de espíritu y no dejarse vencer por una u otra de estas inclemencias. Si las tenemos en cuenta, seguro que no hay un día al año disponible para echar un pequeño trote.
1 comentario:
Yo se de sobra, Don Gregorio que ese espirit de luchador, lo tiene de sobra. Que es un poco de viento o un mucho de viento, sabiéndonos disfrutar de la naturaleza, y me ha encantado la clasificación de la biodiversidad de los canes (muy acertada).
Guau, Guau, Guau esto es ánimo my friend.
Publicar un comentario