BUSCARSE A SÍ MISMO

(Imagen de "Davichi")

Últimamente se está poniendo de moda eso de “buscarse a uno mismo”. ¿Tan perdidos estamos? Pues parece que sí porque todo el mundo lo hace. Me jugaría mil visitantes a que seguro que has estado en casa de unos familiares o amigos de infancia, te han mostrado el álbum de fotos y en una de esas imágenes aparece un nutrido grupo de chavales o chavalas entre los que estás tú… ¡¡A ver!! ¿Dónde estoy?

Días después resulta que has ido a una carrera, terminas bastante cansado, tomas algún refresco mientras charlas con otros participantes y, cuando aparece el organizador de turno con las listas de las clasificaciones, sales precipitadamente a hacer el espionaje de ENCONTRARTE A TI MISMO.

Pero ahí no termina todo. Vas con la familia a Euro Disney o al Parque de Atracciones de Madrid,… te montas en uno de esos artiulgios que te hace un centrifugado capilar además de una turbo digestión y, cuando te bajas, antes de haber estabilizado los parámetros vitales de situación, sales corriendo al expositor fotográfico a ver si te ENCUENTRAS A TI MISMO.

Algunos otros hacen cosas extrañísimas. Le pregunto hace unos cuantos veranos a un amigo:

- ¿Dónde pasarás estas vacaciones?

Y me dice que va a perderse por el centro de Castilla, en un pequeño pueblecito en el que hay un monasterio, porque necesita ENCONTRARSE A SÍ MISMO. Es como jugar al escondite uno sólo, contar hasta veinte y después de buscar durante diez minutos, rendirse porque uno no se ENCUENTRA A SÍ MISMO.

Los hay que van al psicólogo y pasan más de una tarde en terapias para intentar ENCONTRARSE A SÍ MISMOS.

¿Y con las nuevas tecnologías? Somos tan de aquella manera que ya todos nos hemos metido en algún buscador como Google y hemos tecleado nuestro nombre y apellidos para ver si nos ENCONTRAMOS A NOSOTROS MISMOS.

El colmo le pasó a mi amiga Maruja. Me cuenta la anécdota de que, un día, necesitaba hacer una consulta y tecleó en Google: ¿Cómo puedo….? La pena es que ella no recuerda qué fue exactamente lo que tecleó. El caso es que, el maravilloso buscador de Internet le dio miles de páginas como respuesta. Lo curioso es que la primera de las opciones era SU PROPIO BLOG. Es decir, que se ENCONTRÓ A SÍ MISMA. Más o menos, el Sherlock Holmes de Internet le dio como respuesta: “Tú misma. Decide tú”.

Si estáis muy perdidos y necesitáis encontraros, podéis hacerlo por la cuenta de la vieja: vais al cuarto de baño, encendéis la luz, os ponéis frente al espejo y, perpendicularmente al mismo, dirigid vuestro dedo índice. Si quien está ahí enfrente os suena, es que habéis conseguido ENCONTRAROS A VOSOTROS MISMOS.