(Imagen de "M. Angel Herrero")
1.- Quítate la ropa.
2.- Acércate a ella con decisión.
3.- Métela toda dentro.
4.- Tócale los botones.
5.- No te asustes si se mueve mucho. Es normal.
6.- Échale unos polvos.
7.- Sin prisas pero sin pausas.
8.- La agitación final será apoteósica.
9.- Sácala. No es bueno dejarla dentro.
10.- Repite el proceso al menos tres veces por semana.
Un placer que no disfrutaron nuestras abuelas y abuelos.
(Imagen de "Hector Sevillano")
¡Ah! No olvides tenerla conectada a la red eléctrica o no funcionará.
3 comentarios:
No deja Ud de sorprenderme Gregorio! Que sanísima terapia es ser seguidor de su blog! No pierda nunca esa manera de hacernos reir con lo que tenemos a mano: la cotidianeidad! saludos y gracias por esta sonrisa atenta!
Buena sorpresa. Por cierto, una amiga dice siempre que el inicio de la liberación de la mujer nació con el invento de la lavadora. Dado que es una mujer sumamente inteligente habrá que pensar que tiene toda la razón.
Salu2
jacserr_educsoc: A veces se nos va la pinza. Jejeje.
Juan Carlos: y anda que la fregona no quitó esclavitud de gente tirándose por el suelo. Buenos inventos, desde luego.
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